Supongo que siendo cinéfilo no es raro que mi primera entrada en este blog sea sobre una película. Y siendo esa película Río Bravo tendría que dedicar este post a mi abuelo, que compartía mi afición por el western.
Uno de los últimos recuerdos que conservo de él antes de que enfermara es estar sentados junto a la chimenea y que en la tele anunciaran Río Bravo. Y me dijo que la había visto, y que era muy buena. Y no se equivocaba. Yo había crecido viendo westerns de Sergio Leone y de Clint Eastwood, y nunca conseguía ver entera ninguna película que protagonizara John Wayne, no sé por qué. Ahora podría llevarme horas hablando de las películas que protagonizó para John Ford y para Howard Hawks. Me he resarcido.
Y nadie quiere ver conmigo Río Bravo. Y no entiendo el motivo, no sobra ni falta nada en ésta película. Lo tiene todo. Es un western, si, pero no al uso: No hay paisajes vírgenes. No hay persecuciones a caballo. No hay desiertos. Hay comedia, hay drama. Hay una historia de amor. Hay un John Wayne en la cumbre de su carrera. Y hay tiroteos, si, que al fin y al cabo es un western. Y hay un número musical, que la protagonizan dos cantantes. Y hay un pueblo, un sheriff, dos ayudantes, un chico listo, una dama, un dueño de un hotel, y un prisionero. Con un hermano con dinero suficiente para comprar los mercenarios que hagan falta para sacarlo de la cárcel. Y el sheriff tiene que impedirlo y todos quieren ayudarlo.
Cuentan que Howard Hawks vio Solo ante el peligro y que no le gustó nada, que pensaba que un sheriff no podía ir por ahí pidiendo ayuda a todo el mundo, que era su trabajo apechugar con lo que viniese. Y John Wayne lo hace, junto a sus dos ayudantes: un inmejorable Dean Martin alcoholizado al que los mejicanos llaman “borrachón” y un muy divertido Walter Brennan anciano y tullido. Y no acepta la ayuda de la magnífica Angie Dickinson, ni acepta la ayuda del dueño del hostal donde se hospeda, que va metiéndose en líos por intentarlo, ni de un viejo amigo que por su cuenta pide a un chico (rápido como nadie pero con la norma autoimpuesta de no meterse en líos), Ricky Nelson, que lo ayude, y que muere por ello. Es su trabajo y lo lleva a cabo hasta las últimas consecuencias.
Para el recuerdo aquella escena que me recuerda a otra de El buscavidas que algún otro día contaré, aquella en la que John Wayne vuelve al hostal para acostarse y Angie Dickinson está secando unos vasos en el bar y le pide que duerma en su cuarto, que allí nadie irá a buscarlo. Y él declina su oferta. Y ella le dice que si se arrepiente su puerta está abierta. Sube y entra en su cuarto y le pica la curiosidad y comprueba que sí, que la puerta de la chica estaba abierta. Y baja de nuevo para encontrársela dormida en una mecedora con un rifle en sus manos, guardando que nadie entre a matarlo. Y le quita el rifle y lo deja sobre la barra y ella se despierta, y ninguno dice nada, y él la coge en brazos y sube con ella las escaleras, y la imagen se funde en negro.
Río Bravo. 1959. 149 min. Color. Director: Howard Hawks. Guión: Leigh Brackett y Jules Furthman. Música: Dimitri Tiomkin. Fotografía: Russell Harlan. Edición: Folmar Blangsted. Reparto: John Wayne, Dean Martin, Ricky Nelson, Angie Dickinson, Walter Brennan, Ward Bond, John Russell, Claude Akins, Bob Steele.
Estoy de acuerdo contigo en que es una buena película, y eso que no soy especial fan del género. Es entretenida y divertida gracias a los personajes(al menos durante la primera hora). Te felicito por tu primer post, tiene un comienzo muy bonito y si todavía te apetece, ya sabes que tienes a alguien con quien ver esta peli. XXX
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